miércoles, 31 de julio de 2013

Algo extraño

Después de los sucesos ocurridos en Cuernavaca, donde dos jóvenes murieron a causa de la extraña historia de un maniquí de payaso que cobró vida en una banca de una restaurante de comida rápida.
La noticia corrió como pólvora y de inmediato más y más rumores comenzaron a girar en torno al maniquí. Sentado en esa banca de plástico con un brazo extendido invitándote para tomarte una bonita foto del recuerdo o simplemente abrazarlo. Pero después de las muertes de Alberto y José un semblante lúgubre cubrió esa figura colorida y ahora es sitio de horror. Muchos niños y jóvenes apuestan a sentarse por las noches junto al payaso y hablarle para ver si les contesta.
Uno de tantos osados fue un niño de 13 años de origen asiático de nombre Yun Huang. Cursaba el segundo grado de secundaria en dicha ciudad. Él y sus amigos habían escuchado sobre las muertes y también de quienes apostaban por sentarse allí a media noche.
Propuso a sus amigos la apuesta de sentarse junto al dichoso payaso, los demás aceptaron gustosos y echaron suertes para ver quien sería el “afortunado ganador” de visitar al payaso.
Para variar Yun fue el seleccionado y acordaron que llevaría una cámara de video para grabar la evidencia de que estuvo allí. El evento se llevaría a cabo esa misma noche a las 12:00 en punto, se sentaría en la al lado de la figura y la hablaría para comprobar si la historia era cierta.
Yun tenía miedo, pero no quería quedar en ridículo frente a sus amigos asi que acepto la apuesta. Cuando faltaba media hora para la hora pactado, se escabulló de su casa, en la otra cuadra ya lo esperaban dos de sus amigos con el hermano mayor de uno de ellos. Llevaban el coche de los padres de su amigo, lo iban a llevar y a recoger del sitio donde estaba el payaso.
Cuando llegaron a Yun le empezó a entrar mucho el miedo, y por la pena de no echarse para atrás no dijo nada. Se bajó del coche, sus amigos le dijeron que lo recogerían a las 12:30 junto con la evidencia de lo sucedido. El auto se alejó y Yun quedó solo en la avenida desierta.
Tragando saliva se dio vuelta y miró hacía donde estaba la banca con el payaso. Caminó lentamente, preparó la cámara para grabar y poco a poco se aproximó a la banca. Cuando llegó el miedo se apoderó de él pero tendría que cumplir.
Puso la cámara en grabar y se sentó junto al payaso. Enfocó su rostro blanco con rojo y le habló. 
Estoy muy cansado dijo repitiendo las palabras de José esperando que le contestara “Yo también”. Pero nada pasó, el payaso permaneció inmóvil en su lugar.
Pasados quince minutos Yun se empezó a impacientar pues no daba resultado por más que le hablara, la cámara captó cada cuadro pero no sucedió nada anormal. Eran las 12:20 cuando se dio por vencido, tomó su cámara, se levantó y trató por última vez de lograr su objetivo.
Estoy muy cansado volvió a repetir, pero no obtuvo reacción alguna. Decepcionado se dio la vuelta y caminó a la calle para esperar que pasaran por el.
Adios Yun, vuelve cuando quieras se escuchó una voz fría a sus espaldas.
Cuando los amigos llegaron por Yun, lo encontraron tirado en la banqueta, estaba muerto, tenía en su rostro una expresión de terror que hizo que los presentes se estremecieran, su cámara aún grababa. La tomaron y corrieron el vídeo para saber que era lo que había pasado. Cuando Yun se dirigía a la calle y la voz del payaso sonó, se dio media vuelta, el muñeco con cara diabólica le decía adiós con una mano y ahí el corazón de Yun falló.
Hoy en día, el payaso sigue ahí, pese a los sucesos acontecidos sigue sentado en su lugar. 
La pregunta es: ¿Te atreves a visitarlo?.

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