Esta historia de misterio y terror ocurrió en la ciudad de La Escondida, en Monterrey, cerca de la iglesia Cristo de la Montaña, donde en la actualidad pueden verse las ruinas de la denominada “Casa de los tubos”.
Cuenta la leyenda que allí iban a vivir un padre con su hija discapacitada y con el fin de facilitarle la movilidad por la mansión, decidió construirla en una extraña forma cilíndrica comunicada con rampas para que la menor pudiera desplazarse sin ninguna dificultad. Ya con el comienzo de la construcción comenzaron las desgracias ya que dos albañiles murieron de manera extraña. Pero lo peor ocurrió cuando faltaban pocos meses para la inauguración de la vivienda ya que en un descuido la joven ingresó por un lugar equivocado haciendo que su silla de ruedas se deslizara por una de las rampas hasta una ventana, lo que provocó la inmediata muerte de la niña.
El padre desesperado se entregó al alcohol y luego se suicidó, por lo que la mansión fue abandonado y allí comenzaron mas hechos desgraciados: muertes de visitantes (incluyendo un niño que cayó por la misma ventana), pactos suicidas en sus dependencias, accidentes fatales y especialmente la presencia del fantasma de la niña muerta, que por las noches inunda de gemidos lastimosos los alrededores de la casa de los tubos hasta el día de hoy.
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