miércoles, 7 de agosto de 2013

Sueño nocturno

Laura realmente se encontraba cansada, cerró la puerta sin llave y se metió en su cama, acomodo su cabeza en el almohadón de plumas, los parpados le pesaban, sus piernas parecían de plomo y la cama se volvía fina espuma de algodón egipcio, la relajación que tenía era total, el sueño no tardo en reclamarla. 

La noche era oscura, no había luna; el viento soplaba azotándose contra la ventana. En la puerta, destacándose contra la luz de los distantes relámpagos mudos, parecía delinearse una silueta, un hombre podría decirse, Laura que aún se encontraba dormida, se sentía incomodada por la presencia en su habitación, abrió sus ojos pero sin abandonar el profundo sueño que la dominaba, dirigió su mirada hacia la puerta y vio aquella sombra que, aun en la oscuridad de la noche, se veía aún más oscura, una sombra con un negro absoluto, parecía que aquella figura se alimentara de la oscuridad del ambiente. La mente de Laura se había vuelto un caos, el sueño que estaba teniendo no parecía haber desaparecido al abrir los ojos, intento moverse y no pudo, intento gritar pero su boca no se abría, solo podía observar aterrorizada lo que sucedía con la esperanza que aun estuviese soñando, estaba atrapada en lo que claramente se conoce como sueño lucido.

La figura que permanecía postrada en la puerta estiro un brazo hacia Laura, sus ojos no podían estar más abiertos, el brazo terminaba en una especie de mano esquelética, con uñas que solo podrían describirse como garras; el brazo se alargaba más y más de manera inhumana acercándose lentamente al rostro aterrado de Laura, ella sudaba, intentaba moverse y gritar en vano, no sabía si el horror la paralizaba o era simplemente algo más, las garras del ser casi hacían contacto con el rostro de la mujer, y ella, al verse sin ninguna otra salida, comenzó a rezar y cerró los ojos fuertemente con la esperanza que aquello desapareciera…

… la calma era inquietante… 

… el silencio era abrumador…

… el tiempo parecía no avanzar, ya se habrá ido??? Habrá desaparecido??? …

No quedaba otra opción más que abrir los ojos, y con mucho temor y esperanza a que aquello hubiese sido un sueño, se resignó a abrir los ojos, sabía que no había nada más que hacer… y lentamente, así lo hizo…

Observo la puerta… no había nada…

Observo a su alrededor… tampoco había nada…

Intento moverse y así lo hizo, se sentó un momento a la orilla de su cama y respiro aliviada que todo había sido solo un mal sueño. Inquieta pero ya más aliviada, intento dormirse nuevamente, se acomodó de su lado de la cama, teniendo en mente a Ricardo, acomodo su cabeza en el almohadón de plumas, los parpados le pesaban, sus piernas parecían de plomo y la cama se volvía fina espuma de algodón egipcio, en ese momento, cuando se encontraba al límite del sueño, sintió un muy sutil movimiento bajo sus sabanas, y sin pensarlo las levanto, y de ahí, desde la profundidad de las sabanas en su cama surgió aquella macabra garra y la tomo por la boca antes que pudiera gritar…

Al día siguiente, cuando Ricardo regreso, entro a la habitación y se quitó la ropa como de costumbre; vio a Laura plácidamente dormida, suavemente se acomodó en su cama, estaba cansado y casi se dormía, entonces se dio vuelta y abrazo a su esposa, pero la sintió fría al tacto, y al hablarle no respondió, no sería hasta dos días después que Ricardo se enteraría que su esposa había muerto casi siete horas antes que el la descubriera de una embolia cerebrovascular…

Nunca estamos solos

Pasaron varios días sin ninguna actividad paranormal, obviamente, esto dejó atrás las preocupaciones de Jason de que hubiese alguien más en su nueva casa.

Un fin de semana cómo otro cualquiera, Jason estaba ocupado con unos importantes documentos del trabajo. Necesitaba una grapadora para unir todo aquel papeleo, recordó que había una en el ático. No estaba seguro de si subir allí o no después de los pasados acontecimientos. Pero se armó de valor y decidió subir al ático un tanto nervioso.

Aquel lugar estaba demasiado oscuro, pero la única ventana que allí había era suficiente para dar una clara visión de todo el ático. Jason se dirigió al rincón dónde se encontraba la grapadora que había visto ya antes. La cogió y… estaba vacía, él la recordaba llena de grapas, pero no era así. ¿Quién podría haberlas utilizado? 

Al darse la vuelta para volver, se tropezó con una pequeña caja de cartón. 

Las esquinas de la caja estaban completas de grapas, que supuso que corresponderían a las que faltaban en la grapadora. Abrió la pequeña caja de cartón y Jason sobresaltó al encontrarse con una especie de libro de pasta negra. Tenía un enorme título que parecía estar en un idioma desconocido, decía lo siguiente…

“OICIFELAM”

No le encontró ningún sentido a la palabra. Miró su interior, pero lo único que encontró fueron página en blanco y algunas de ellas arrancadas, pensó que sería algún diario del anterior habitante de la casa y no le dió demasiada importancia, dejó el libro en el interior de la caja, arrancó una de las grapas que estaba incrustada y la colocó en el soporte de la grapadora, encajaba a la perfección. A continuación, bajó del ático para continuar su trabajo.

Grapó sus documentos repletos de importante información y se fue a dormir sin preocupaciones. Entre la noche, Jason se despertó a causa de un sueño en el que veía que le ocurría algo malo en el trabajo, pero no conseguía recordar el qué.

Por la mañana, Jason preparó todo para irse a trabajar. 

Llegó al trabajo y le entregó a su jefe, con una sonrisa, sus informes que había estado puliendo durante el fin de semana. Él los recibió con otra sonrisa, sabía que Jason era un buen chico.